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Colombia:
El fracaso de la reforma agraria

En un país donde el nivel de concentración de la tierra es extremadamente alto, el acceso a esta se ha convertido en el derecho más preciado 


La historia de Colombia es una historia de despojo, concentración y fragmentación de tierras. Colombia tiene uno de los índices de concentración de la tierra más altos del mundo. La tierra ha estado en el centro de los conflictos armados de Colombia durante los últimos dos siglos. Con el Acuerdo de Paz en 2016, las organizaciones sociales y campesinas por fin tuvieron la esperanza que la situación se iba a remediar. La reforma agraria se convirtió en el primer punto del Acuerdo de Paz, en línea con las Directrices sobre la Tenencia de la Tierra. Sin embargo, poco ha cambiado desde que se firmó el acuerdo, principalmente debido a los obstáculos impuestos por el gobierno de Iván Duque, que sirve a poderosos intereses económicos y políticos. En 2022, una coalición de izquierdas ganó las elecciones por primera vez en Colombia, y las organizaciones campesinas esperan que la nueva administración dé prioridad a la tan esperada reforma agraria.

 

Los campesinos de Sumapaz, últimos guardianes del páramo más grande del mundo 

En 2008, las comunidades campesinas de Sumapaz (Colombia) fueron notificadas de que la empresa Emgesa, que forma parte de la multinacional energética Enel, planeaba alterar el curso del río Sumapaz para construir una presa y una central hidroeléctrica. El río Sumapaz da vida al mayor páramo del mundo, declarado Parque Natural Nacional (PNN) en 1977. Conocido como una de las “estrellas fluviales” del país, es también una importante fuente de agua para tres cuencas fluviales, así como para la capital, Bogotá, e incluso para el país vecino de Colombia, Venezuela. Así pues, el río Sumapaz desempeña un papel fundamental en el rico ecosistema que lo rodea, incluidas las comunidades campesinas y locales que lo habitan. 

Es por ello que el plan de desarrollo de Emgesa (ahora Enel Colombia), a pesar de los prometedores avances para la región, provocó la indignación de los residentes locales. Estas comunidades, con más de un siglo de experiencia luchando contra los grandes terratenientes, eran muy conscientes de lo que estaba en juego: un mayor despojo de tierras y posibles daños ambientales. En la década de 1950, los ancianos de la comunidad habían luchado por una reforma agraria que nunca llegó a materializarse. Mientras tanto, la concentración de tierras se convirtió en una causa estructural del conflicto armado en Colombia. Durante el pico de violencia, algunos campesinos huyeron de los pueblos vecinos y buscaron refugio en el páramo. Luego, en los años 90, los campesinos de Sumapaz se vieron atrapados en medio de la violencia debido a las operaciones militares contra las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que utilizaban el páramo como paso seguro hacia otras regiones del país. 

Desde entonces, el páramo ha sido altamente militarizado y la presencia de soldados ha impactado el ecosistema de 3.226 metros cuadrados. Las organizaciones sociales han denunciado que, incluso después del Acuerdo de Paz de 2016, el ejército sigue manteniendo bases militares en la zona. Además, hay continuas denuncias de casos de represión y criminalización de campesinos. En 2019, el gobierno derechista de Duque lanzó la Campaña Artemisa, supuestamente diseñada para perseguir a quienes ponen en peligro las áreas protegidas con sus actividades ilegales. Sin embargo, la Ley de Delitos Ambientales (Ley 2111) se ha utilizado para acosar a las comunidades campesinas e indígenas que han vivido y protegido estas áreas durante décadas. Estas comunidades afirman que la campaña pretende desplazarlas, dejando así la tierra vacía y lista para la explotación y la inversión extranjera. 

Como ya se ha mencionado, la empresa colombiana Emgesa forma parte del grupo Enel. Esta multinacional tiene su sede en Italia y es la mayor empresa del sector energético italiano: el 23,6% es de propiedad pública, pero sus principales inversores privados son BlackRock (5%) y Capital Research and Management (5%). Los principales inversores que respaldan la filial americana de Entel se encuentran en EE.UU. (Citibank), Europa, (Santander) y América Latina (Banco de Chile), junto con los fondos de pensiones, que suman el 7,5% de los accionistas, y una de las mayores empresas de inversión del mundo (State Street).

Gracias a la movilización social del Sindicato de Trabajadores Agrícolas de Sumapaz (SINTRAPAZ), afiliado a FENSUAGRO , la Emgesa se vio obligada a modificar el diseño de la central hidroeléctrica para reducir los daños ambientales. Actualmente, el proyecto está en suspenso ya que Emgesa debe presentar un informe de impacto ambiental a la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA).

Sin embargo, para las comunidades campesinas, la lucha continúa. Desde 2011, presionan por declarar la región de Sumapaz como Zona de Reserva Campesina (ZRC). Su primera victoria fue contra la Agencia Nacional de Tierras (ANT), institución que fue declarada culpable por retrasar el procedimiento durante más de una década. Las ZRC se declararon en los años 90 tras un largo proceso de movilización campesina, quienes exigían zonas protegidas libres de violencia para fomentar el desarrollo rural y evitar la concentración de la tierra mediante la gestión comunitaria. Establecidas en la Ley 160 de 1994, las ZRC se implementaron de manera intermitente durante 26 años, pero finalmente las comunidades campesinas lograron incluirlas en el Acuerdo de Paz de 2016. Hoy se espera que el nuevo gobierno de Gustavo Petro priorice el establecimiento de las ZRC que tanto tiempo llevan pendientes. 

Cuando la empresa energética Emgesa anunció su plan de construir una central hidroeléctrica en el páramo más grande del mundo, las comunidades campesinas de Sumapaz estallaron indignadas. Eran muy conscientes de lo que estaba en juego: más despojo de tierras y graves daños medioambientales.

 

Páramos de Sumapaz. © Luis Alejandro Bernal Romero

La concentración de la tierra: la causa de fondo del conflicto armado colombiano

Colombia tiene uno de los mayores índices de desigualdad en la distribución de la tierra (el Índice de Gini fue de 0,8955 en 2019). Concretamente, el 1% de los mayores latifundistas tiene el 80% de la tierra, mientras que el 99% de los campesinos se reparte el 20% de la tierra restante.

La historia de Colombia es una historia de despojo, concentración y fragmentación de tierras, que comenzó en la época colonial con las usurpaciones de tierra a gran escala por los colonos. Este oscuro pasado nunca se ha abordado y ha sido la fuente de los grandes conflictos de los siglos XIX y XX. Además, el fracaso de los intentos de reforma agraria, las continuas políticas de asignación de tierra pública a las élites, el impacto del conflicto armado en los territorios rurales, y el uso de estos territorios como rutas para el narcotráfico han provocado el despojo violento de la tierra a comunidades campesinas, indígenas y afrodescendientes.

En resumen, los siguientes datos demuestran el impacto del conflicto armado en las comunidades campesinas :
→ 8.748.957 personas han sido desplazadas desde 1961, según el Registro Único de Víctimas (RUV).
→ Más de 5 millones de personas fueron desplazadas entre 1995 y 2010, durante el pico de la violencia.
→ El 58% de estas víctimas eran de zonas rurales.

La Comisión de la Verdad atribuye la ola de desplazamientos forzosos principalmente a la violencia de los conflictos armados. Otras causas son las fumigaciones aéreas con glifosato para erradicar los cultivos ilícitos de coca, la criminalización de los campesinos mediante detenciones masivas y el reclutamiento forzoso de los jóvenes por parte de los grupos armados. Diversos actores han utilizado los desplazamientos forzosos para acaparar tierras y satisfacer sus intereses capitalistas, tanto legales como ilegales. El resultado ha sido un aumento de la concentración de la tierra: el porcentaje de terratenientes con propiedades de más de 500 hectáreas ha pasado del 25% en 1997 al 66% en 2014.

En Colombia, el 1% de las grandes terratenientes ocupan el 80% de la tierra, mientras que el 99% de los pequeños campesinos se reparten el 20% de la tierra restante

 

Encuentro Nacional de Zonas de Reserva Campesina. © Agencia Prensa Rural

Las Directrices de Tenencia: ¿Es una herramienta útil para abordar la concentración de la tierra?

En este contexto, se entiende por qué el Acuerdo de Paz entre el gobierno nacional y las FARC tomó como primer punto la Reforma Rural Integral (RRI), destinada a restituir las tierras que habían sido robadas a las comunidades durante siglos, y a redistribuir y democratizar el acceso a la tierra en todo el país. Los objetivos de la RRI, en línea con las Directrices sobre la Tenencia de la Tierra, incluían la restitución y redistribución de la tierra para beneficiar a los grupos más vulnerables, así como promover el desarrollo rural para erradicar la pobreza extrema y reducir las desigualdades.

Según Nury Martínez, presidenta de la Federación Nacional de Gremios Campesinos (FENSUAGRO), uno de los resultados positivos de la RRI fue el continuo diálogo entre la FAO, los movimientos sociales y las comunidades campesinas sobre cómo implementar las Directrices sobre la Tenencia de la Tierra dentro de la RRI. Sin embargo, 6 años después de la firma del Acuerdo de Paz, sólo se ha implementado el 4% de la RRI, en comparación con el 37% logrado en las otras áreas del Acuerdo de Paz, según un informe de 2021 del Instituto Krog.

El resultado de esta baja implementación es que, desde 2013 hasta 2019, no hubo ningún cambio en la distribución de la tierra. Mientras que el número de campesinos con pequeños campos de menos de 10 hectáreas ha aumentado ligeramente; el número de terratenientes (3%) y la cantidad de tierra que poseen (78%) siguen siendo el mismo.

The result of this low implementation is that from 2013 to 2019, there was no change in land distribution. While the number of peasants with small fields of less than 10 hectares has slightly increased; the number of landlords (3%) and the amount of land that they own (78%) remains the same.

La escasa implementación del Acuerdo de Paz y de la RRI se debe principalmente a la obstrucción llevada a cabo por el gobierno derechista de Iván Duque (2018-2022), un sucesor de Uribe que llegó al poder tras una intensa campaña contra el Acuerdo de Paz. Durante su mandato han sido asesinados 957 defensores de derechos humanos y líderes sociales, además de 261 firmantes del Acuerdo de Paz. Según Global Witness, en 2020 Colombia fue por segundo año consecutivo el país más peligroso para los defensores de los derechos humanos.

Además, Duque ha militarizado las áreas protegidas para hacerse con el control de territorios ecológicos clave y ha utilizado las Zonas de Interés de Desarrollo Rural, Económico y Social (ZIDRES) aprobadas por el presidente anterior, Juan Manuel Santos, para entregar tierras improductivas o baldías a empresas privadas, aumentando así la concentración de la tierra. 

En 2022, una coalición de izquierdas liderada por Gustavo Petro y Francia Márquez ganó las elecciones presidenciales en Colombia. La implementación de los Acuerdos de Paz, en particular el primer punto y la RRI, están entre las principales prioridades de esta administración. Sin embargo, democratizar la desigual distribución de la tierra que está tan profundamente arraigada en la sociedad no será una hazaña menor. Las organizaciones campesinas esperan que el establecimiento de las ZRC, la promoción de territorios agroalimentarios campesinos así como otras formas de desarrollo territorial para la producción de alimentos y la rehabilitación ecológica, se encuentren entre los primeros pasos de este gobierno hacia la tan esperada reforma agraria. 

Aunque el Acuerdo de Paz comenzó con la Reforma Rural Integral (RRI), 6 años después no ha habido ningún cambio en la desigual distribución de la tierra en Colombia

 

Objetivos de la Reforma Rural Logros 6 años después 
Fondo Restitución de Tierra 3 millones de hectáreas 251,122 (8.4%)
Formalización de la tierra 7 millones de hectáreas 2.24 million (32%)
Catastro multipropósito 31.5% del territorio nacional 15.39% del territorio nacional
Subsidios para el acceso a la tierra Subsidio Integral de Acceso a Tierras (SIAT) No se ha creado

Subsidios a 926 familias a través de antiguos mecanismos

Jurisdicción Especial Agraria Creación para acelerar el proceso judicial de restitución de tierras No aprobado por el Parlamento, (algunos senadores son grandes terratenientes)
PDET 16 hojas de ruta para los 8 pilares 15.74% de los proyectos finalizados

63.93% en ejecución

Los proyectos sobre el derecho a la alimentación y a la formalización de la tenencia de la tierra tiene los índices más bajos de ejecución

Zonas de Reservas Campesinas (ZRC) Fue una reivindicación de los movimientos sociales en el marco de la huelga nacional de 2021 Sin asignar

(Véase el caso de Sumapaz)

16 Planes Nacionales Sectoriales Eliminar la pobreza extrema y reducir un 50% la pobreza rural en los próximos 15 años 11 planes adoptados

4 planes cerrados

1 plan formulado

Este artículo ha sido posible gracias a la información y el apoyo proporcionados por FENSUAGRO.